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miércoles, 30 de noviembre de 2011

MISCELÁNEA MÓRBIDA: "Twain y otras noticias sobre vellos faciales recuperados"

Hoy tres asuntos a cada cual más escabroso:

1) Hoy es el 176 aniversario del nacimiento de Mark Twain y Google se encarga de recordárnoslo con uno de sus entrañables "doodles". Yo, que soy mucho más pedestre, lo recuerdo con esta espectacular anécdota:

Hace unos años un compañero de trabajo hablaba con mi hermano sobre comics. Le estaba contando que él nunca había sido mucho de comics, que en su casa solo había un tebeo de "Tom Sawyer". Mi hermano, intrigado, le preguntó que quién era el dibujante, a lo que el compi le contestó: "eeehhh... ah sí, Mark TAIWAN"

¡¡¡¿¿MARK TAIWAN!!!???

No solo no sabía decir el nombre del autor sino que encima se pensaba que era un dibujante de comic chino. Sensacional. He aqui la prueba de como la influencia oriental acaba manifestándose en cualquier parte.

2) Y más cosas. Para los fans obsesivos de Alan Moore -como un servidor-, Neil Gaiman ha posteado en su "journal" un artículo escaneado de un oscuro magazine brittish llamado "Knave", correspondiente a marzo de 1986 (unos mesecitos antes de publicarse la primera entrega de "Watchmen"). Aqui lo tenéis para unirlo a vuestra colección de rarezas, pdfs y demás miscelánea virtual sobre el divino barbudo:





3) La nota musical de hoy la pone un oscurísimo disco setentero que podríamos calificar de "phsyc folk" (¿¿??). A cargo de una cantante llamada Linda Perhacs que solo grabó esto y después se dedicó a la medicina dental!! Música espiritual de extrañas letanías bajo el genial título de "Parallelograms". Aqui una muestra:


Imaginaria: LEIGH BRACKETT y sus muchos planetas.

Como no habíamos traido nada de Ciencia-Ficción desde que comenzamos de nuevo la andadura carnavalesca, hoy toca babear ante estas maravillosas portadas -de la mejor cosecha "pulp" style- dedicadas a la obra de la genial Leigh Brackett. Maestra del fantástico, la "space-opera" y los marcianitos años 40, con todo el encanto y maestría propios, pero sin perder el sabor más auténtico heredado de Burroughs o Howard. Sus relatos encuadrados en la obra "Las Ciudades Perdidas de Marte" son especialmente recomendables.

Aparte de su faceta como exploradora de mundos extraños, hay que recordar que Brackett tuvo una exitosa carrera como guionista de Hollywood en su edad dorada, especialmente en los clásicos de Howard Hawks "Rio Lobo",
"El Sueño Eterno"
o "Rio Bravo" y más adelante, consiguiendo meter mano incluso en "El Imperio Contraataca" de Irvin Keshner. Su guión original (que George Lucas y Lawrence Kasdan acabaron reescribiendo) sería sin duda un santo grial para los fans de la "sci-fy" más alocada, pero de momento languidece en una biblioteca de Nuevo Méjico. ¡Y curiosísima su experiencia como "negro"! La novela de puro "hard-boiled" "Stranger At Home" fue encargada a Brackett para hacerla pasar por obra del gran actor George Sanders y así aprovechar su enorme popularidad. ¡Y es que en todas las épocas cuecen habas!

Disfrutemos, ahora sí, de estas mohosas y a la vez brillantes imágenes. Primeras ediciones en revistas, retapados agrietados de cuentos inmemoriales, reediciones setenteras en gloriosas portadas (Boris Vallejo pone algunos de sus lápices por esas tapas). Un goce para los sentidos -más disfrutable pinchando para ampliar, claro-:
















Para un mayor número de orgasmos visuales "vintage" visiten el imprescindible blog golden age comic book stories.

sábado, 26 de noviembre de 2011

RELIGIÓN, CIENCIA, BICICLETAS Y ALCOHOL: “Crónica de Dalkey”

Una novela de Flann O´Brien -aquel irlandés entusiasta de los artículos periodísticos, el surrealismo como norma y la cerveza- siempre augura una buena sesión de chistes impagables, personajes estrambóticos y situaciones más grandes que la vida. Todo ello, eso sí, sin perder la oportunidad de tomar unas cuantas pintas en el pub de rigor. “Crónica De Dalkey” (1964) es la quinta y última novela publicada por O´ Brien, que era el más famoso seudónimo del polémico e irreverente columnista Brian O´Nolan. Si bien hay que reivindicar su cuasi-incomprensible novela “En Nadar-Dos-Pájaros”, alabada por Borges y causa principal de que se le meta en el saco de la vanguardia a lo Joyce, yo siempre me quedaré con la faceta de O´Brien como creador de disparates cómicos pero que siguen una estructura de cierta lógica, al estilo de su obra maestra “El Tercer Policía”. Pero esta “Crónica De Dalkey”, además de recuperar al zumbadísimo personaje De Selby (que continúa con sus grotescos experimentos espacio-temporales), añade a la clásica obsesión por las bicicletas una serie de desopilantes reflexiones metafísicas que envuelven a un hombre común de nombre Mick Shaughnessy –amigo de tomar unas copichuelas y planear su futuro matrimonial con su novia Mary- en una extraña peripecia encaminada a salvar al mundo de su próxima destrucción y también a… ¿Demostrar que James Joyce sigue vivo?

Portada de la primera edición (1964)

¿Resultado? He aquí una historia entretenidísima y que se lee en un suspiro. Que no tiene nada que envidiar a su obra más famosa, la soberbia “El Tercer Policía” y que a pesar de contar con una trama sencilla en apariencia y de pocos retruécanos, lo cierto es que están tan bien diseminados por la novela que la atención es constante en todo momento. El improbable héroe, un gris funcionario que se topa en su gris –y plácido- entorno rural con un científico que posee un gas capaz de alterar el tiempo, tendrá que lidiar con encuentros hilarantes con un San Agustin invocado para quejarse de la constante falta de moral de los próceres de la iglesia (él incluido, por supuesto), con la determinante intención del sabio pero loco De Selby por eliminar a la raza humana como castigo por su poco decoro en cuestiones intelectuales y espirituales, además de la reaparición de un James Joyce vivo en plenos años 60 y languideciendo de incógnito en un pequeño pueblo. Inevitable pensar en Elvis, Jim Morrison, Hitler y otros famosos personajes a los que se les ha atribuido el haber fingido su muerte para escapar de una vida de excesivo movimiento y agitación.

No. No es el secundario de una peli de Bela Lugosi. ¡Es el mismísimo Flann!

Lo que es genial, como de costumbre en O´Brien, es esa perspectiva tan irlandesa de pasar todo tipo de acontecimiento épico o filosófico por el tamiz del alcohol. Un científico loco como De Selby tiene un gas para viajar por el tiempo y lo usa para tener charlas con eminentes personalidades, pero también para envejecer su whiskey y darle un sabor más añejo. Todas las discusiones profundas, planes de acción para salvar el mundo o conspiraciones son siempre debatidas en el pub, frente a una espumosa cerveza. Y si la religión y la filosofía se mezclan en un disparatado cóctel de discusiones bovinas y sabios doctos con más ganas de juerga que de iluminación, lo que es ya directamente gloriosa es la aparición de un James Joyce redivivo que solo reconoce la autoría de “Dublineses”. Que dice que “Ulises” fue una falsa obra escrita por una mezcla de pasticheros con tendencias onanistas, zafias y de mal vivir y que usaron su nombre de forma deshonesta (De “Finnegan´s Wake”, directamente no sabe ni que se publicara tal cosa) y que su máxima aspiración actual es ingresar en la orden de los jesuitas. ¡Y eso que ya está metido en la sesentena!

Pero tampoco podemos olvidar al sargento de policía obsesionado con la intrínseca relación entre el hombre y la bicicleta como entes molecularmente complementarios. Esta teoría, en resumen, viene a postular como el ser humano y la bicicleta a la larga acaban mezclando átomos y cogiendo características físicas y morales el uno del otro. De ahí que haya algunos hombres sueltos por Dalkey que son prácticamente bicicletas y la tendencia casi segura –pero no probada- del comportamiento humano de algunas bicicletas. Flann O´Brien es sin duda uno de los mejores ejemplos históricos de cómo sumir al lector en una atmósfera desquiciada y llena de locuras pero presentándola como algo cercano y casi realista en su desnuda sencillez. Eso mismo consigue que una historia llena de bicicletas que se cuelan en las casas para buscar comida, conversaciones fantasmales bajo el agua con filósofos muertos hace siglos y gases que podrían robar todo el oxígeno de la vida sobre la tierra, al final se reduzca en ese maravilloso capítulo final a una charla entre amigos. Y es que no hay lucha moral, existencialismo surrealista o amenaza de apocalipsis mundial que no pueda ser dirimida en una mesa frente a dos buenas copas.

Este año que se acaba se cumple el primer centenario del gran O´Brien. ¡Imprescindible no dejar pasar su obra completa! Vuestro lado más irónico e irreverente lo agradecerá.

sábado, 19 de noviembre de 2011

MISCELÁNEA MÓRBIDA: "Trío de ases: LOVECRAFT, BIERCE, MELVILLE"

Hoy triplete de novedades llenas de moho, vetustez y cosmogonía inalámbrica. Dos de ellas ya disponibles en librerías y todas recomendadas por los mejores curanderos como medicina para la mente:

-Publica Alianza, esa editorial de grandes escritores, geniales traducciones y horrendas portadas, nada menos que una tetralogía imprescindible del maestro del humor negro Ambrose Bierce. Gran parte de su producción breve se distribuye en tres tomitos de bajo coste y disfrute superlativo llamados "Cuentos De Soldados", "Cuentos Inquietantes" y "Cuentos Negros" (a no confunfir con los de Vazquez Montalbán). Si a eso le añadimos una nueva edición del imprescindible "Diccionario del Diablo", el hecho de que las cuatro obritas incluyen semblanzas del autor, además de contar con las excelentes traducciones de un experto en Bierce como Aitor Ibarrola-Armendariz y que pueden ser, además, adquiridas las cuatro juntas en un cuquísimo estuche, la compra o el regalo navideño son obligados. Y es que hay que recordar uno de los más importantes aforismos del señor Bierce:

"Un egoísta es una persona que piensa más en sí misma que en mí"

-Si bien todos los que contamos con las obras completas de H.P. Lovecraft en edición de Valdemar ya tenemos en casa la traducción
de Juan Antonio Molina Foix -como mola este gran hombre si lo comparamos con su hermano Vicente. ¿Separados al nacer?- del gran clásico "En Las Montañas de la Locura", ese frio estudio de cirujano sobre una expedición a la Antártida que se salda con el despertar de un mal ancestral; Aun así, decimos, la nueva edición de Cátedra es celebrable por varias razones. Primero por inaugurar una nueva e interesante colección llamada Letras Populares, que promete la edición de gran cantidad de clásicos y rarezas de género. Y segundo porque la extensa introducción, el cúmulo de notas -que comparándolas con la edición de Valdemar parecen actualizadas-, las ilustraciones "pulperas" de la época y los apéndices finales (con textos de Angela Carter, Fritz Leiber o Michel Houellebecq) son una golosina para aficionados y un perfecto modo de introducción para que los neófitos le pierdan el miedo a la más compleja e icónica novela del sabio de Providence. Aunque yo me quedo con "El Caso de Charles Dexter Ward", si se me permite elegir.

-Y por último, la inevitable Valdemar edita en diciembre su edición de "Moby Dick". Ese espectácular libro más grande que la vida y que ya faltaba en el imprescindible catálogo de joyas, clasicismos y curiosidades de tan magna editorial. Lo único que se sabe a ciencia cierta de la nueva versión hispana de la obra de Herman Melville es que incluirá las míticas ilustraciones de Rockwell Kent -¡Casi trescientas!- que embellecieron aquella ya polvorienta edición de 1930. Aunque uno ya tiene dos o tres ediciones de "La Ballena" (y siempre recomiendo la de Akal para los más friki-filólogos, como el que suscribe) esta edición merecerá la pena aunque solo sea por estas raras muestras de arte ilustrado. A escasos seis o siete años de la reivindicación durante los años veinte del novelón de Mellville, los dibujos de Kent fueron sin duda un gran atractivo para redescubrir la obra a los aun escépticos. Y a continuación un somero avance:









miércoles, 16 de noviembre de 2011

EXPEDIENTE WALLACE: “Molestando a la Molestia”


Hace más de tres años que el autor David Foster Wallace decidió tirarlo todo por la borda y colgarse en el sótano de su casa. ¿Qué ocurrió tras este luctuoso hecho? Lo mismo que pasa siempre que alguien creativo muere: la bifurcación entre los carroñeros que aprovechan la efeméride para explotar un legado que todavía tiene suficientes manuscritos ocultos como para durar unos años –que se lo digan al hijo de Tolkien, que se encuentra uno nuevo cada vez que barre la casa- y el descubrimiento por parte de lectores que no habían oído hablar en su vida de tal personaje y descubren atónitos lo que se estaban perdiendo. Dado que no soy editor, publicista, agente literario, albacea ni buitre, creo que está claro que pertenezco al segundo grupo.

Y mucho ojo, que me parece perfecto que aparezcan páginas inéditas de mis autores favoritos (sigo esperando la publicación de la novela perdida de Conan Doyle, y estoy al loro de cada nuevo texto, cuento, carta, párrafo o lista de la compra que aparece de Robert Howard, otro suicida ilustre), de hecho hoy celebramos que se edita en nuestro país “El Rey Pálido” novela póstuma –si es que no aparece otra por ahí dentro de un tiempo- rescatada de los cajones desordenados del señor Wallace. Un manuscrito de más de 200 páginas preparado en su mesa de trabajo, unida a una selección de otras 300 páginas más relacionadas con el proyecto pero que el autor no ordenó ni clasificó. Así que, cual editor de cine, un montaje ha sido necesario para presentar un texto lo más parecido a una nueva novela que, aun así, sigue estando inacabada. De todas formas, con la sombra de Carver inundando la literatura de Wallace, tampoco es tan traumático leer un texto suyo sin un verdadero final. Trágicamente su carrera literaria ha quedado igualmente incompleta.

Sus inquietas e incómodas historias llenas de fatalismo, un agrio resentimiento con el mundo y, a pesar de ello, una inagotable esperanza, reverberan todavía en un mundo editorial relleno de post-modernistas caducos y realistas ombligueros sin el menor interés. La gran novela americana moderna –si es que tal tópico existe- no es para mí una dura pugna entre los imprescindibles mamotretos de gente como Don Delillo, Cormac McCarthy, Phillip Roth, Thomas Pynchon o el mismo Wallace (¡Toma ya ABC de lo mejor de yankilandia!) sino un ente sinuoso y multiforme al cual el autor que nos ocupa aportó algunas de sus más precisas, hermosas y kilométricas páginas.

Ensayista lúcido, cuentista lleno de diversión y surrealismo, cronista de la paradoja y la mala leche, filósofo de la deshumanización y el corporativismo fetichista, autor de una novela que mezcla la ciencia-ficción con la vanguardia de la forma que muchos encumbrados han soñado con hacer y jamás pudieron… Wallace fue todo esto y más; uno de los mejores ejemplos de que a veces, en efecto, el rumor sobre un autor muerto y reivindicado está lleno de justificación.

Precisamente hoy que se publica “El Rey Pálido” –y se reedita en bolsillo su imprescindible “La Broma Infinita”- es la mejor ocasión para anunciar una próxima sucesión de artículos sobre la obra de este poeta del desagrado ante el mundo. Será intermitente (siempre surgen distracciones, otras reseñas y otras noticias absurdas) y quizás inacabado. Pero será.

viernes, 11 de noviembre de 2011

TEBEO BRITISH MADE IN AROCA ("Sherlock Holmes y los Zombies de Camford")


Vamos a dejar una cosa clara para empezar: Estoy hasta las narices de los Zombies. No solo me parecen una de las modas más absurdas y aburridas de los últimos tiempos -dado que conceptualmente las historias de zombies son intercambiables unas con otras sin apenas matices diferenciadores entre ellas- sino que además opino que son una corriente tan dañina como la de los vampiros románticos. "Guerra Mundial Z" era un buen libro, no lo niego. Pero para que te leas dos o tres libros de zombies de verdadero mérito, tienes que saltarte unos 100 que son pura escoria rellena-estanterías. Y aquí en España tenemos hasta todo un sub-sello editorial (de Dolmen concretamente) dedicado a echar leña a un fuego que debería haberse apagado hace años.

Pero eso sí, si resulta que se puede extraer algo bueno de esta dichosa moda -cuyos defensores a capa y espada a veces me resultan parecidos a los personajes titulares del género que reivindican- aquí estaremos dispuestos a callarnos la boca y celebrarlo. Por supuesto un Sherlock Holmes enfrentándose a una amenaza Zombie es algo tan asqueroso y lamentable como el "Orgullo y Prejuicio Con Zombies" que inició esta estupida moda de manchar clásicos literarios (preferiblemente del XIX) con la molesta aparición de estos pesados muertos vivientes; y que ha llenado las librerias de chorradas derivativas como "La Guerra de los Mundos Zombie", "Androide Karenina" o "Sentido y Sensibilidad con Monstruos Marinos". Además ya habíamos visto algun tebeo mediocre que mezclaba al detective de Baker Street con algun monstruo de escaso gusto.

Pero ¿Y si el autor en cuestión prefiriera pasar de puntillas por el ambiente zombificado y dejarse llevar por una trama ágil y "pulpera" que mezclara a Holmes con (¡Oh my God!) algunos entrañables personajes del tebeo británico más vintage? Eso es lo que ha hecho el señor Alberto López Aroca. ¡Y ninguno lo vimos venir!

En lugar de coger alguna obra original de Doyle y añadirle algun cadáver andante, Aroca, como escritor serio y de fuste forjado a base de años de publicación contracorriente, se construye toda una trama desde cero que coloca a Holmes en la encrucijada de un pronto retiro, enfrentándose a un caso final que incluye zombies, sí, pero también científicos locos y experimentos con gorilas. Inevitable leer estas páginas y no sentirse transportado a una serie B de los años 30 o 40 -o a las páginas amarillentas de una novelucha de bolsillo, ya que estamos- y vibrar de placer con la sucesión de tiroteos, apariciones de personajes míticos, espectaculares "deus ex machina" perfectamente lógicos, autopsias asquerosas de casquería over the top y el concurso de versiones remozadas de los clásicos personajes del sello IPC antes mencionados, con "La Araña", Seth Pride, como cabeza más visible de todos ellos. ¡Y con su helicoche incluido!


Mezclando todo esto con uno de los más oscuros cuentos de Conan Doyle, "El Hombre que se Arrastraba", como punto de partida y poniendo de narrador a un personaje muy secundario de dicha historia, Aroca alimenta nuestras inagotables ánsias de folletin con una historia llena de acción y aventura -e investigación detectivesca, pese a todo- que se lee en un suspiro. Y que mantiene, aun así, un cierto poso crepuscular que atañe a un sabueso al borde del retiro, el cual siente que su inspiradora luz se va a apagando para dar paso a un nuevo siglo lleno de extrañas e inquietantes amenazas. Autómatas, retorcidas referencias genealógicas a Jekyll y a toneladas de personajes de tebeo inglés -tengo que confesar que el apéndice incluido, evocador de Juan Perucho al cual Aroca tanto admira -¡y con razón!-, me vino de perlas para rebuscar alguna referencia a estos oscuros cameos que salpican la trama-, y un sentido del ritmo y el entertainment que ya quisieran algunos de los cansinos popes del rollo apocalíptico actual.

Y esa es, creo yo, la esencia de estos "...Zombies de Camford", el hecho de que al autor se la sopla el género zombie y sus caducos manierismos. Aqui la cuestión es contar una historia y hacerlo con gracia.
Y nada mejor que bajarse del tren en marcha actual de la desidia zombificada, para correr en pos de esa extravagancia y maravilla de la literatura popular que algunos tanto echamos de menos en esta grave época de cataclismos nucleares e infectados desprovistos de humor. Solo por el absolutamente desquiciado climax en esa universidad decadente que nos retrata Aroca de forma tan lúdica, vale la pena leer esta novela "zombie" a contracorriente. Y ahora a esperar el "Necronomicón Z" también de Aroca y de inminente publicación. Aunque muchos seguimos deseando echarle el guante -o la zarpa de acero- a sus inéditas historias holmesianas.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

MISCELÁNEA MÓRBIDA: "Miss Havisham", "Mister Wallace" y "Satanismo de Baratillo".

-El realizador británico Mike Newell se encuentra rodando la enésima versión de "Grandes Esperanzas" de Charles Dickes y el otro día presentó al mundo su versión de Miss Havisham, que interpreta Helena Bonham Carter. Hela, pinchen para ampliar:


Estará acompañada por Jeremy Irvine que interpreta al protagonista, Pip. La señorita Havisham es un personaje icónico de la historia de la literatura, aunque debo admitir que acabé un poco hasta las narices de ella de tanto verla en las novelas de Jasper Fforde. Por supuesto no le estoy echando las culpas a Dickens, sino a Fforde, que me hizo odioso el personaje.

-Hoy se cumplen 40 años de la publicación de "Stairway to Heaven", de Led Zeppelin. Aunque nunca he sido fan de los Zeppelin -siempre he sido más de Deep Purple- sería un idiota si no reconociera que esta canción es soberbia. ¡Y no olvidemos su lado oscuro! Una tonada habitual en cualquier cutre-libro sobre leyendas urbanas musicales que se precie. Por ello he aquí un video que incluye el satánico mensaje grabado al revés en los surcos de vinilo de este clásico inmortal:



-El miercoles 17 se reedita en bolsillo "La Broma Infinita", obra magna y (cuasi) canto del cisne de David Foster Wallace. Ese poeta del descontento y el malrollismo americano que prefirió suicidarse antes que seguir relatando crónicas sobre la hediondez que nos rodea. Un mamotreto de miles de páginas -concretamente 1.216. Los que sean fans de Stephen King sabrán manejar sin problemas libros de bolsillo de este calibre- el cual incluye, meta-narrativamente y tal, otros cientos y cientos de notas al pie, las cuales por supuesto (al más puro estilo Nabokov) complementan y enriquecen la historia. La que ha sido saludada como una de las diez mejores novelas americanas del siglo XX, también ha sufrido el sambenito etiquetil de "El Nuevo "Ulises". Cuando evidentemente el libro de Wallace es mucho más divertido. En breve comenzaremos a subir reseñas sobre la obra del señor Wallace para celebrar tan gloriosa efeméride.

CONCLUSIONES DE TODO ESTO

1)En cuanto a la señorita Havisham, solo decir que Dickens la describió como una bruja con aspecto esquelético y rostro cerúleo. Asi que de momento no van mal encaminados (aunque no soporto a la Bonham Carter, también hay que decirlo).

2) Sí, en efecto. Lo del mensaje al revés de "Stairway To Heaven" es una chorrada. Como si no existiera música verdaderamente satánica por ahi -Lady Gaga o El Canto Del loco, por poner dos ejemplos-, como para que el diablo muestre su influencia.

lunes, 7 de noviembre de 2011

MATINEE: "La Séptima Víctima" / "El Misterio del Sr. Wong" / "Las Novias de Drácula"

Programa triple "vintage" con la serie B como protagonista. Un sabroso plato condimentado con una mezcla de producciones RKO, Monogram y Hammer en la que el terror y la intriga vuelan mezclándose sin piedad.

LA SÉPTIMA VÍCTIMA (1943) De Mark Robson


Una lástima. Una verdadera lástima que el artístico Jacques Tourneur se bajara del carro de las producciones del gran Val Lewton para pasar el testigo a un artesano impersonal como Mark Robson. Lo que el realizador francés conseguía hacer con argumentos sencillotes y mucha imaginación no es, desde luego, lo que consigue Robson con esta, por otro lado, entretenida "The 7th Victim"; la cual peca de contar con un argumento de cierta sugerencia -con sectas satánicas domésticas incluidas, en un clarísimo precedente de "La Semilla Del Diablo"- pero realizado de forma tópica, desapasionada y sin ningún tipo de emoción por parte del realizador ni de unos actores que parecen a punto de dormirse en cada plano. Si a eso le unimos la voluntad de copiar algunos de los famosos planos nocturnos, de amenaza que acecha entre sombras, del siempre efectivo Tourneur pero recreados, eso sí, sin la más mínima gracia, nos damos cuenta del frustrante tira y afloja que es esta "séptima víctima". Solo un final seco, brusco y lleno de mala uva consiguen salvar un poco el recuerdo de un film excesivamente aséptico.

EL MISTERIO DEL SR. WONG (1939) De William Night


La segunda entrega de las aventuras del pastiche de Charlie Chan interpretado por Boris Karloff, resulta ser un misterio mucho más divertido que el de su predecesora. Plagiando la estructura de un "whodunit" al más puro estilo Agatha Christie, tenemos todos los tópicos del género amalgamados en un entretenido potaje: asesinato en el medio de un acto social privado de la clase alta -y además en el contexto de una inocente representación en la que las supuestas balas de fogueo eran de verdad-, un respetable número de sospechosos, una trama de espionaje -robo de reliquia oriental china en este caso- para desviar la atención del verdadero móvil del crimen, y una reunión final de los invitados a la fiesta para desvelar al culpable. Encanto, mucho encanto. Como todo film barato de la Monogram se caracteriza por su realización plana pero entretenida, un toque teatral y el rebosante carisma de un Karloff interpretando a la perfección a este Holmes oriental.

LAS NOVIAS DE DRÁCULA (1960) De Terence Fisher


Nada mejor para terminar la semana de Halloween que recordar este clásico "hammeriano" mil veces visto pero que jamás aburre. Y más con una reciente edición en DVD que mejora el sonido y la imagen cosa mala (aunque no cuente con formato), con lo que no tenemos excusa para evitar paladear por enésima vez este cóctel de castillos decadentes, sangrías indiscriminadas y algunos de los subtextos más perversos de toda la saga. No solo tenemos a un vampiro protagonista claramente "gayer" que lo mismo muerde a chicas que a chicos, también tenemos chupasangres lesbianas y aristocracia incestuosa. No faltan los enormes escotes de rigor y la habitual sorna en la mezcla de elementos religiosos y paganos. Todo ello, como no, con la perfección técnica de los decorados Hammer, el pulso implacable de un Fisher pletórico tras la cámara y la siempre soberbia interpretación de Peter Cushing como su inmortal Van Helsing. Solo por la escena en que se cauteriza la mordida del cuello con un hierro al rojo vale la pena volver a disfrutar de este delicioso delirio.