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sábado, 18 de junio de 2016

“CRÓNICAS DEL GRAN TIEMPO” De Fritz Leiber



Seguimos repasando los cuentos de Leiber y esta vez con una antología muy especial. Nada menos que el complemento en forma relatística de su novela “El Gran Tiempo”. Os sitúo: la novela cuenta una historia ambientada en un futuro en el que los viajes del tiempo están a la orden del día y existen dos facciones enfrentadas que los manejan a su antojo. Por un lado tenemos a los llamados Serpientes y, oponiéndose a ellos, los apodados Arañas. Mientras que unos están continuamente deseando cambiar el presente alterando los eventos del pasado, los otros luchan por mantener incólume la estabilidad del continuo temporal. La novela transita por este, a priori, sencillo planteamiento argumental, pero la cosa dio tanto de sí que Fritz Leiber no solo entregó una de sus obras más conocidas sino que, de regalo, escribió los siete imprescindibles cuentos que se recogen en estas “Crónicas del Gran Tiempo”. Recuperando ambientación, motivos, pistas y personajes de la fuente madre, el autor americano consigue una obra independiente, fresca, bella y originalísima.

Entre estos relatos hay un par de vertientes, no del todo diferenciadas, de enfocar la sci/fi (o la fantasía, porque a veces tira más para este campo, si es que queremos comenzar con etiquetados estériles): a saber, una narrativa más anclada en la trama pura y con todos los tópicos de la subdivisión genérica “viajes en el tiempo” (con un toque “pulp” moderno), y otra un poco más abstracta, artística y que podría escapar a cualquier categoría de género. El primer punto de vista nos lleva en un paseo por el funcionamiento y peripecias de las dos facciones temporales enfrentadas, permitiéndonos echar un vistazo, por ejemplo, a varios ejemplos de reclutamiento de soldados Serpiente o Araña. Vemos ahí que un pasado problemático, o una muerte violenta –por supuesto interrumpida por los agentes con sus máquinas del tiempo- son un buen curriculum para acceder al servicio activo de cualquiera de las dos facciones. 

Es en este tipo de cuentos (como el inaugural “Intenta Cambiar el Pasado”) donde encontramos esos “clichés” de este tipo de relatos que tanto nos enamoran, como las paradojas temporales. En otros como “El Soldado más Veterano”, Leiber se sumerje en el pasado legendario de las dos compañías para contar momentos definitorios de su devenir, y glosa alguna de sus legendarias figuras. Es irónico que  en ningún momento quede claro cual es el origen, escisión, cisma, conflicto que explica este enfrentamiento entre estas dos facciones de agentes temporales; pero la verdad es que las historias son tan inteligentes y casi siempre tan inesperadas, que lo cierto es que es mejor dejarse llevar al pairo y disfrutarlas que buscar excusas sociales o científicas para justificar tanto goce. Es a ese nivel al que estas “Crónicas del Gran Tiempo” funcionan para el disfrute del público más clásico de la vieja ciencia-ficción, en la que Leiber siempre tiene puesto un pie que nunca retira (en los portales dimensionales, los sueños con otros planetas, las agencias gubernamentales ocultas con espías armados de rayos) pero admito que los cuentos más “extraños” y, por así llamarlos absurdamente, modernos, dentro del esquema de estas “Crónicas…” son los que más apelan a mi sensibilidad “weird”.

Hablo, sobre todo, de dos joyas (que son además las más extensas del libro): “Un Escritorio Lleno de Chicas” y “No es una Gran Magia”. La primera es puro surrealismo desatado, pero con un mensaje demoledor en torno al sexo, los abusos a mujeres, la conciencia del poder, etc… con un siniestro y memorable “psicólogo consultor” que guarda las esencias espirituales de sus pacientes femeninas en su mesa de trabajo… literalmente. Funciona como una fábula de moral “equivocada”, como un cuento de fantasmas actualizado y también como una historia reivindicativa. Y todo ello envuelto en ese halo poético que comentábamos. Y en cuanto a “No es una Gran Magia”, se desarrolla durante una representación teatral del “Macbeth” de Shakespeare, jugando con los equívocos entre actuación y realidad, llevándolo a un nuevo nivel. Los trasteos temporales permitirán que de una forma subrepticia y muy sutil (soberbiamente narrada por Leiber), los verdaderos protagonistas originales del drama se empiecen a mezclar con los actores actuales, en un “tour de forcé” onírico y emocionante, que se adelantó bastantes años a Neil Gaiman y sus obras “shakespirianas” en “Sandman”.


En resumen, una lectura rápida y amena, además de intelectualmente estimulante, que suponen para mí una bisagra perfecta entre la ciencia-ficción más clásica de Asimov y la más experimental y libre de gente maravillosa como Lafferty. Todo ello regado con un toque poético y abstracto que tampoco suele faltar en autores como Bradbury. ¡Pero basta de comparaciones! Esto es Fritz Leiber en estado puro, y no hay más que hablar.

Bueno, o casi. Si queréis saber más sobre Leiber y sobre esta obra en concreto, el blog en español dedicado a nuestro autor (¡a no perdérselo!) reproduce el magnífico prólogo de Domingo Santos que apareció en las ediciones de Martinez Roca y de Orbis (que es la que manejo yo) y que es una pieza imprescindible para adentrarse en todo esto: