De las páginas de “Hellboy”
y apareciendo a modo de complemento, al fin son recopiladas en un tomo las
historias cortas de “Monstermen”, escritas y dibujadas por el soberbio Gary Gianni. El artista americano, que
se está labrando una carrera impresionante basada en ilustrar cómics y portadas
de las grandes luminarias del “pulp”
y el tebeo clásico, (“El Príncipe Valiente”, Julio Verne,
Robert E. Howard) se lanza de lleno a la creación con un extrañísimo cómic que aúna
rollo “weird”, detectives
sobrenaturales, fantasmas vengativos, monstruos marinos, metaficción,
referencias cinematográficas, ocultistas… y todo ello en un bellísimo cóctel en
blanco y negro que apabulla en su siniestro detallismo. Un libro excelente del
que modestamente reivindicamos aquí su pronta publicación en castellano, y que
además cuenta con unos extras de aúpa. Pero no nos adelantemos.
En esencia, “Monstermen
and Other Scary Stories” cuenta las extrañas aventuras de el miembro
más honorable de los Corpus Monstrum,
el misterioso Benedict. Este
investigador de lo oculto de nombre tan shakespiriano (habrá más de una
referencia al bardo en las historias) no solo es un “cazafantasmas” de los de
toda la vida, con su caserón base de operaciones, biblioteca de incunables,
poderes mentales y habilidad para la acción, sino que además es él mismo una
anomalía bizarra que nunca llega a ser explicada.
Su uniforme consiste en un elegante
smoking y un yelmo medieval que jamás se quita, y su constante referencia a
eventos pasados –aquel demonio que exorcizó en Viena, aquella casa de fantasmas
que limpió en Francia-, dan a entender que nuestro protagonista es un ente
inmortal con un rico pasado de lucha contra las fuerzas del averno. Todos los
cuentos fluctúan entre el terror clásico y el surrealismo desatado, con casas
encantadas, monstruos marinos a lo Lovecraft
(ahí es nada la aparición de un Davy
Jones mucho más digno que el de las patochadas de “Piratas del Caribe”), una interesante explicación para el origen del Yeti,
cowboys zombies y una calavera con bigote que atrae todo tipo de mala suerte a
su poseedor. Como veis, la mezcla de tradiciones de la literatura de terror y
el “weird” más desatado son la norma
de una serie de historias que nunca aburren, porque además están casi tan
llenas de peleas como las de su colega de colección, “Hellboy”.
Si algo hay que destacar
del arte de Gianni, además del uso
de unas tintas y unos claroscuros espectaculares –que entroncan con la
tradición de Bernie Wrighson, o
incluso de “E.C. Cómics”-, es la
maravillosa experimentación formal de sus páginas. En la genial tradición que Will Eisner llevara a lo más alto, las
páginas de “Monstermen” muchas veces se retuercen, se metamorfosean según
las exigencias de lo que cuenta la historia o directamente las viñetas se
transforman en símbolo narrativo de lo que esta ocurriendo. El dominio del
movimiento y la acción –especialmente meritorios en un dibujante sobre todo
conocido por sus estáticas portadas-, es ejemplar, consiguiendo meterte de
cabeza en la marabunta de calaveras, espectros y criaturas satánicas que te
esperan a la vuelta de cada página. Puedes sentir el crujido de cada hoja del
bosque siniestro que nos lleva a visitar, o vibrar ante los escalones de ese
caserón que no sabemos donde nos conduce. Para una sensibilidad criada en los
monstruos clásicos, pero “contaminada” por una narrativa más surrealista o “kafkiana”, las historias que incluye
este “Monstermen”
son obligatorias. Ahí es nada abrir fuego con un cuento largo en el que un
director de cine de terror busca a su estrella desaparecida, en cuyo ultimo
metraje rodado aparece una misteriosa presencia fantasmal en uno de los planos,
que no forma parte de los efectos especiales del film. Chilling!
El libro cuenta con un
breve y estupendo prólogo del gran Michael
Chabon, y además se complementa con unos jugosos extras. Como hay que ser
coherentes y justos con las influencias, Gianni
incluye en el volumen cinco soberbios cuentos fundamentales del género a los
cuales añade sus propias ilustraciones. Incontestable la inclusión del “Corazón del Viejo Gardfield” de Robert Howard, o los relatos de William Hodgson, que incluye -¡como
no!-, una aventura de su propio detective sobrenatural, Carnacki. En definitiva, una lectura tan divertida, añeja y a la vez moderna, sugerente y a la vez descharrante como nos sugiere esta portada, tan "vintage":
4 comentarios:
Mr. Wolfville, cuando este a mi alcance no me lo perdere, aqui hay diversion de la mejor. Cordiales saludos.
Me encanta esa portada de "The Skull and the Snowman". Literatura pulp muy bien ilustrada. ¿Es de la editorial Black Horse?
Saludos! Borgo.
Sí, es Dark Horse, amigo Zueras (no negra, oscura :), y es normal siendo también la casa de su colega de profesión, Hellboy.
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