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jueves, 29 de noviembre de 2012

"THE DARK KNIGHT RISES" De Christopher Nolan


ARCHIVOS EXPIATORIOS: Hoy sale a la venta en "deuvedé" y "blueraiss" la última entrega de las aventuras fílmicas más recientes del murciélago de Gotham. Ahi van unas reflexiones que fueron vomitadas poco después del estreno en cines, y desde entonces no la he revisado así que de momento siguen sin adulterar. Igual un segundo visionado me cambiará la opinión en algunas partes, pero por ahora ahí queda eso.

En efecto todo lo bueno se acaba. Después de arrancar una versión épica y cuasi-realista del hombre murciélago en “Batman Begins” y llevarlo al paroxismo más absoluto con “El Caballero Oscuro”, Christopher Nolan rubrica el broche de oro para una saga irrepetible. Una de las reivindicaciones más influyentes y de calidad de un personaje que -cinematográficamente hablando- estaba muerto por culpa de bodrios como “Batman y Robin” de Joel Shumacher y que ha recuperado por fin en cine su innegable status como uno de los mejores personajes de ficción de la historia. Se trata de recoger los bártulos, cerrar ideas y culminar propósitos en este divertidísimo y emocionante “The Dark Knigth rises” (no, no pienso llamarla con el repugnante título que le han puesto en España), que aunque en algunos momentos flaquea en comparación con las otras dos partes, es desde luego un cierre de lujo para el “magnum opus” de Gotham que se ha marcado un director siempre eficaz y que a veces apabulla con toques de verdadero genio. 

Pero no solo acaba la trilogía del caballero oscuro. En un alarde de genialidad Nolan adapta y reinventa alguno de los posibles finales para el personaje que en la historia del comic han sido, y crea el que en mi opinión es el mejor epílogo posible para tan icónico personaje. Con un tono épico y crepuscular a la vez, las aventuras del hombre murciélago tienen aquí el poso de las grandes historias trágicas. Del western más clásico y el drama más melancólico. Pero por supuesto no falta ni un toque de humor más acusado que en la a ratos excesivamente solemne “El Caballero Oscuro”, ni tampoco unas escenas de acción primorosamente rodadas; a destacar los combates cuerpo a cuerpo –especialmente el de Batman contra el villano Bane- que tienen una fisicidad y realismo casi asfixiantes. En este nuevo personaje encontramos un rival a la altura de la función y perfecto oponente físico y mental para un Batman derrotado en casi todo el metraje.


Pero la excelente interpretación de Tom Hardy tras la máscara de gas (que incluye un timbre de voz y un acento magníficos, ambos suponemos que aniquilados en el doblaje español) no es el único aliciente del lado artístico de la propuesta. Anne Hathaway sorprende a todos los que nos alzamos en contra de su elección para el papel, regalándonos una Catwoman de auténtico lujo, presencia, carisma y humor; y que sin duda es la más parecida al personaje original de todas las que hemos visto en pantalla grande. Christian Bale como Batman y Gary Oldman como el comisario Gordon vuelven a rayar a enorme altura, mientras que Michael Caine una vez más se lleva la función en su papel del mayordomo Alfred. Además de comerse a cualquiera con el que comparta plano, suyas son las dos o tres escenas que más se recordarán del film.  Mientras que viejas glorias como Mathew Modine o nuevas promesas como Joseph Gordon Levitt cumplen de forma decente sus roles. Éste último dando lugar a una sorpresa final que me resultó coherente aunque algo forzada, resultando para mi uno de los papeles y tramas argumentales más flojas del film.


Siguiendo con la negatividad, es realmente triste que tengamos a la anterior entrega del Batman “nolaniano” para establecer odiosas comparaciones. “El Caballero Oscuro” era un continuo crescendo de narración implacable y genialidad tras las cámaras. No paraban de ocurrir cosas y sin embargo teníamos que permanecer apabullados ante la pantalla. Si bien eso ocurre también en los 40 minutos finales de “The Dark Knight Rises” la sensación que deja el resto de metraje es de potaje con cierto toque deslavazado. Tras una primera hora absolutamente magistral –en mi opinión superior incluso a la de “El Caballero Oscuro”-, el plan de Bane se realiza. Comienzan a juntar en uno solo varios arcos argumentales directamente sacados del tebeo –a veces no del todo bien hilados- y la caída y redención de Bruce Wayne, alias Batman, cuenta con momentos algo forzados y carentes de emoción. Pero aun así son necesarios para el discurso final de film como metáfora de la “ascensión” tras la caída y sobre todo del legado a continuar (ya sea de padres a hijos o de… huh, me callo para no destripar), que son los grandes temas de una película que, como todas las de Nolan, no se quedan en el mero espectáculo sino que proponen un subtexto mucho más rico a la mínima que se analizan algunos puntos del guión. Es el caso de las metáforas políticas que hacen referencia a la más rabiosa actualidad y que, sin tomar partido por ninguna tendencia, ilustra muy bien los clamores que atronan las calles estos días.


 Aparte de esos tres cuartos de hora intermedios que se me hicieron un poco más cuesta arriba, el resto del film es soberbio y entretenido hasta decir basta. Los “gadgets” del murciélago –el bat-móvil, la bat-moto y aquí debutando el bat-avión- vuelven a destacar en espectaculares escenas de persecución. El guión tiene la perfecta mezcla de “pulp” y desarrollo de personajes como para satisfacer a casi todo tipo de público, a pesar de desarrollarse en casi tres horas que se pasan en un suspiro. Y desde luego el epílogo esta a la altura de una trilogía que dejará huella y marcará el camino para futuras aproximaciones al género superheróico. ¡Pero que digo marcará! Si ya se han estrenado varias del mismo palo, como “Amazing Spiderman” y se están rodando otras como el nuevo “Superman” de Zack Snyder. Sin olvidar que está casi confirmado que dentro de dos o tres años relanzarán la franquicia de Batman, con otros actores, productores y por supuesto director.

Todos quieren subirse al carro pero me temo que superar esta trilogía llena de ritmo, riqueza y amor por un personaje va a ser algo muy complicado por no decir imposible. En fin, solo me queda por repetir el tópico de que “todo lo bueno se acaba”.


sábado, 24 de noviembre de 2012

MARGARET BRUNDAGE "WEIRD PIN-UPS"

¿Quién sería tan enferm@ como para unir la pasión por las encantadoras Pin-ups años 30 y el descacharrante mundo bárbaro, grotesco y criminal del "pulp" más añejo y vigorizante? Pues para empezar nosotros, claro. Nosotros y, aparentemente, la exquisita dama ilustradora de "Weird Tales" (¡La única revista!), Margaret Brundage. La cual, a pesar de ser una curranta que se ganaba sus cuartos embelleciendo con su arte las grasientas portadas de este magazine-bandera de la literatura barata, no entregaba un solo dibujo que no fuera... sensacionalista, sí, lleno de pechos turgentes, culos prietos, arañazos y mordiscos, sangre, monstruos, criminales de baja estofa, etc..., pero a pesar de eso todos eran a la vez "glamourosos", pulidos, preciosistas y empapados de un encanto semi-naif lleno de una extrañísima poesía visual. 


En este polvoriento caserón ya estaba faltando una pequeña referencia a nuestra invitada de hoy. ¿De donde sacó la inspiración esta pintora para sus hechizantes acuarelas? Decía el poco ilustre L. Sprague De Camp -ese capital imbécil que "manoseó" los escritos de Robert Howard para su publicación-, que la señorita Brundage tomaba como modelos para sus acechadas féminas a sus propias hijas. Pero hete aquí que la Brundage no tenía ninguna hija, dejando una vez más en evidencia al pobre De Camp. A continuación tenéis una pequeña muestra de sus armas de mujer. Una galería de apetecibles heroínas en peligro o posando, despojadas no solo de su ropa sino también de los títulos y créditos de las publicaciones en las que aparecieron, para así poder recrearnos aun más en su encanto. De nada.















jueves, 15 de noviembre de 2012

STEAMPUNK: ANTOLOGÍA RETROFUTURISTA (Varios Autores)


Los que soléis dejaros caer por aquí habréis notado que siento bastante apego por la estética steampunk, y es que desde siempre he sido un enamorado de los engranajes, las válvulas chorreantes de petroleo, los relojes llenos de tuercas y todo tipo de cachivaches que echan humo. En ficción me pasa un poco lo mismo. ¿A quíen no le gustan cosas como la “League Of Extraordinary Gentlemen”, o personajes míticos del acervo victoriano como Spring Heeled Jack? Desgraciadamente en literatura no encuentro tantos iconos modernos y posmodernos del estilo como debiera, porque si bien los pioneros H.G. Wells o Julio Verne –que no sabían nada de lo que estaban ayudando a dar a luz- son incontestables, lo cierto es que no siento el mismo fervor por los clásicos “popes” del steampunk escrito, como por ejemplo Tim Powers. Supongo que para mi el asunto pasa por encontrar referencias en obras que en principio no tienen que ver con ningún movimiento o filiación –no olvidemos que el steampunk ya es también una tribu urbana, con su idiosincracia estética- y sentir algún tipo de pulsión electromagnética cuando aparece un robot a vapor, un campanario desarticulado o una locomotora guiada por autómatas.

Por eso es un goce absoluto esta recopilación que ha reunido Felix J. Palma de autores españoles metiendo el dedo en un género que para él es tan querido. El autor de la estupenda “El Mapa del Tiempo” y de la (para mi) decepcionante “El Mapa del Cielo”, se saca de la manga una selección de alguno de los escritores hispanos más en el candelero en la actualidad para rendir homenaje a todo un género del que se oye hablar mucho pero se lee poco. ¡Chapeu! Aunque como ocurre siempre en estos casos, se dan inclusiones que no solo no están a la altura en calidad con el resto del libro… ¡Pero es que casi ni entran en la temática a veces! Para algunos autores incluidos (me vienen a la mente los relatos de Care Santos y Andres Neuman), la marca steampunk parece más una excusa para aparecer en el libro que un auténtico interés por escribir algo del género en sí. Pues todos sabemos que este estilo es un despiporre de ciencia loca, aventuras con sabor clásico, misterio retro-futurista y diversión “pulp”; Pero algunos de los incluidos prefieren dejarse llevar por un “gafapastismo” de los 20 duros y realizar “algo” –no sabemos muy bien qué-, conectado debilmente con el steampunk pero alejado de su espíritu.

Asi pues, voy a quitarme lo malo de encima rápido. “Animales y Dioses” de Ignacio del Valle, es un pedante relato de vampirismo de pocas páginas y que aun así se hace eterno. Mientras que “In a Glass Darkly” de Mariam Womak, a pesar de usar un contexto tan atractivo –y ligado al steampunk- como el de la feria circense, resulta igual de plomizo que el anterior y encima con el triple de páginas. Entre ellos dos, destaca como soso –e igualmente vanguardísta y aburrido- “Lapis Infernalis” de Pilar Vera, que al menos por comparación se eleva un poco ahí colocado. Y hablando de colocación… no hay duda del ojo de Palma en el orden de los relatos incluidos. Con esta “trilogía” de pretenciosidad abriendo la selección en lugar de cerrándola, más de uno hubiera desistido de completar la lectura. El otro cuento que me deja mal sabor de boca es “Farenheit.com” del mencionado Andres Neuman, que aunque tiene la virtud de la brevedad me resulta fuera de sitio, poco interesante, algo sentimentaloide y encima colocado un poco con calzador.

Por suerte el resto de la propuesta si que es muy steampunk del que realmente nos gusta disfrutar. Entre los cuentos en los que los robots, autómatas, androides victorianos, etc… tienen su mayor protagonismo hay que destacar joyas como “Flux” en la que Fernando Royuela inserta un jugador de cartas robótico en la españa carlista, en un cuento lleno de misterio y cierto toque perverso muy entretenido. Igual de bueno es el de Care Santos, que a pesar de hacer una especie de falso "manifiesto-protesta" sobre la prostitución robótica antes que en contar una historia, está perfectamente conseguido en su tono y detalles escabrosos como para ser disfrutable. El estupendísimo y nunca lo suficientemente reivindicado Jose Maria Merino, vuelve a demostrar en “Prisa” sus tablas y pericia literaria con otra especie de protesta ante el exceso tecnológico, pero tan bien desarrollada y repleta de sabor clásico y carisma que no podemos más que quitarnos el sombrero. Al igual que el de Santos, el cuento de Merino no es steampunk puro, pero ambos son totalmente bienvenidos. Al igual que el atmosférico y soberbio “Dynevor Road”, escrito por Luis Manuel Ruiz, una pieza bastante larga sobre extraños experimentos científicos en el siglo XIX y que tiene el sabor misterioso y desarrollo artístico de todo un Machen –salvando las distancias-. A pesar de su oscuridad en algunos momentos, explorar los recovecos de este relato lleno de personajes interesantes vale realmente la pena.

La pureza volvemos a recuperarla con dos piezas referenciales y demenciales que responden al nombre de “El Arpa Eólica” y “Gringo Clint”. En la primera, Oscar Esquivias propone un misterio ambientado en un conservatorio de Paris -con ecos de los Stevenson y Conan Doyle más despiadados-  en el que el mismisimo compositor Hector Berlioz es el centro de una trama que incluye instrumentos bizarros, robo de cadáveres y conciertos de ultratumba para nuestro disfrute y esparcimiento. Mientrás que en el segundo, Fernando Marias nos regala un “spaguetti-steampunk-western” en el que una mezcla entre Clint Eastwood y Robocop de primeros de siglo –un medio cyborg/medio humano conectado neuronalmente a su diligencia- se mete en un embrollo típico del oeste futurista que le llevará a profundas revelaciones sobre sí mismo. Un placer absoluto y además son los dos primeros cuentos que aparecen –“Un buen comienzo” que diría El Santo de los Asesinos, otro personaje muy Eastwood-, pero nada que nos hiciera sospechar las dos verdaderas joyas de la corona, que vienen luego.

Dos obras de arte escritas por Juan Jacinto Muñoz Rengel y Jose Carlos Somoza, verdaderos ejemplos de steampunk postmoderno y vanguardista –ese que me gustaría leer más a menudo en la época actual- que no renuncia a la diversión, a los guiños literarios ni a la diversión más descacharrante. “London Gardens” de Rengel, con su mezcla de ensayo científico, relato epístolar y cuento científico con profunda influencia de la tormentosa relación Edison-Tesla, tiene un lenguaje que no desentonaría en una obra victoriana genuina, además de un relato filosófico sobre los avances tecnológicos –y como podrían ayudarnos a descubrir vida en otros mundos- que deja un poso reflexivo que no elude el placer literario, por supuesto. 


Y auténtico placer para fans de la literatura es el otro eslabón de este díptico que ocupa el número 1 en el podio de este libro. En “That Way Madness Lies”, Somoza (un autor que conocía de oidas y que voy a explorar gracias a este cuento), realiza un auténtico “tour de force”, que mezcla erudición científica y literaria, fotografía del siglo XIX, una sutil perversión de los cuentos de hadas mezcladas con una atmósfera que no desentonaría en un cuento de Lovecraft, cameos de escritores famosos -alguno de los cuales solo reconocerán los muy avezados en ficción fantástica- y un final sorpresa que… ¡Maldita sea! a pesar de mi experiencia en estas lides no ví venir. Obra maestra y una razón de peso para hacerse con el libro.

En definitiva una buena opción para fans del género –que admitan alguna que otra variación al mismo-, de la literatura fantásica moderna en general y de los cada vez más numerosos y emergentes autores patrios especialistas en ella. ¡Ah! Y para los neófitos en el steampunk, el prólogo del propio Felix J. Palma es una maravilla como introducción a este fascinante mundillo.


domingo, 11 de noviembre de 2012

"BLANCANIEVES Y LA LEYENDA DEL CAZADOR" De Rupert Sanders



ARCHIVOS EXPIATORIOS: Recordemos aquella cosa estrenada bajo el nombre de "Blancanieves" ahora que acaba de salir en DVD y encima se han estrenado otras dos películas basadas en el famoso cuento este mismo año. Este texto envenenado llevaba el poético título de BATIBURRILLO INFAME PARA MENTES DÉBILES.

Analicemos un estreno de moda, porque además en este hay bastante tela que cortar. Tras haber sufrido hace unos meses la infantiloide y estúpida “Blancanieves” de Tarsem Singh, ahora toca pasar por la tortura de una nueva versión del clásico cuento. Y si aquella parecía más dirigida para menores de siete años y parejitas en busca de dulzor romántico, esta nueva “Blancanieves y la leyenda del Cazador” está milimétricamente diseñada para ser un estreno fuerte para el verano que atraiga, por encima de todo, al público adolescente que pierde su tiempo con chorradas como “Crepúsculo” y mezclarlo con otras sagas juveniles que pueden interesar también a los adultos, caso de “El Señor de los Anillo” o “Harry Potter”. ¿Y cómo hacemos esto? Con simple y puro plagio estético y argumental. Con una trama que viene a ser la misma historia de Blancanieves de toda la vida, el debutante –y verdísimo- director Rupert Sanders coge la batuta de un film gestado y desarrollado en la mesa de los productores con la única expectativa de coger cuantos más billetes mejor. Independientemente del resultado artístico. Por supuesto no hay nada en todo el metraje que sugiera que esto es una versión más oscura y adulta del cuento –como si lo fue la versión de Sigourney Weaver de los noventa-, sino que todo el toque siniestro es simplemente adornos de negro sobre una tarta de rosado azúcar.

 Todo en la película es equivocado, muy equivocado. Ni hay una verdadera atmósfera ni un diseño de escena coherente –pasamos de claroscuros góticos a bosquecitos dulzones en cuestión de segundos-, ni una progresión fluida de acontecimientos, dado que todo es, además de tópico, aburrido y sin chispa. Además el guión es poco más que el cuento clásico de los Grimm adornado con batallitas directamente extraídas de la tierra media y una hechicera mezcla de Voldemort y Cruella de Vil. Y hablando de ella, Charlize Theron –que a priori era lo único interesante del film- pasea palmito con trajes a cada cual más hortera y construye su personaje a base de sollozos gratuitos y arranques de mala pécora. Su presencia está totalmente desaprovechada hasta el punto que parece un cameo, con su hermano malvado adquiriendo casi más protagonismo que ella. 


Imposible reprimir una carcajada cuando el “espejito, espejito” informa a la aviesa reina que Blancanieves la va a superar en belleza, cuando resulta que Blancanieves está interpretada por la insípida, absurda, anti carismática y fea Kristen Stewart, contratada con la única intención de atraer a los fans de la repulsiva saga de los vampiritos “gayers” y recaudar más dinero. Yo soy la reina y devuelvo el espejo al Ikea, por defectuoso. El lamentable papel de la Stewart nos hace preguntarnos cómo es posible que en el entramado de Hollywood –en el que trabajan cientos y cientos de productores, directores de casting, asesores, etc…- se piense que esta pánfila de los veinte duros puede llevar el peso de una película. Verla mirar al infinito con su bizquera y su boca eternamente abierta en una expresión “borderline” llega a ser casi doloroso en algunas escenas. Especialmente al final, cuando emulando a la “Alicia” de Tim Burton –vaya tela esa también- se viste con una armadura, lidera a un ejército y entra en guerra dando mandobles a diestro y siniestro, cuando no ha sido entrenada en ninguna de esas disciplinas en toda la película. Surrealismo infame.


Así pues tenemos batallitas “anilleras”, una de ellas incluyendo un orco –un buen diseño de bicho, despachado en dos minutos- un poco de cámara lenta para los fans de la serie “Espartaco” y actores que parecen muñecos deambulando por la historia sin rumbo fijo. Chris Hensworth repite su papel de Thor, al que añade algunos toques propios de Conan (y que, cuando menos te lo esperas, puede soltar un discurso más azucarado que los de Meg Ryan) y ya tenemos ¿personaje? La aparición del espíritu del bosque en forma de ciervo hiper-cornudo es un rastrero plagio de “La Princesa Mononoke”. Hay también una especie de tensión de trío amoroso entre el príncipe, Blancanives y el cazador (quizás intentando evocar las famosas estupideces de la Stewart con el vampiro y el lobito), pero al igual que con el resto de elementos argumentales es casi de adorno, sin profundizar en el tema lo más mínimo. Todo en el guión es rutina y desgana de unos autores y actores que ni ellos mismos se creen lo que están haciendo. 


Lo único salvable es alguna escena en la que intervienen los enanos –que son todos ellos grandes actores ingleses cuyas cabezas han sido insertadas digitalmente en cuerpos de gente pequeña-, pero ellos también están desaprovechados, hasta el punto que la importancia de su intervención se reduce a… ¡¡Abrir una puerta!! Cuando lo vi no me lo creía. Una batalla aburrida, una lucha final con la bruja totalmente anticlimática  y un epílogo de vergüenza ajena terminan coronando una espectacular montaña de desechos químicos que, eso sí, seguro que consigue recaudar billetes a porrillo. Y es que en una época en la que cada vez se reduce más en educación, más mentes débiles podrán llenar las salas y entregar su dinero a la nada más absoluta.

viernes, 2 de noviembre de 2012

MISCELÁNEA MÓRBIDA: ¡¡Sherlock consigue su rata!! – Hannibal y Poirot despegan en la tele – Congreso Fantástico en Barcelona

 
-Para empezar, una exclamación: ¡Albricias y loas a Ganesha! A Chtluhu gracias la imagen de arriba (Holmes needs you) ya no es necesaria más que para embellecer nuestros discos duros, porque el objetivo de “crowfunding” de la próxima novela de Alberto López Aroca, de la que hablábamos AQUÍ, se ha podido concretar con un exitoso 100% de apoyo. Recaudados los doblones de oro necesarios para la consecución del feliz evento, solo nos queda esperar emocionados que todos aquellos que apoyamos la iniciativa recibamos nuestro premio (libro dedicado, láminas exclusivas dibujadas por Sergio Bleda, y extras como un relato inédito y una carta de puño y letra del señor Holmes), pero para todos los que queráis participar y recibir estas golosinas, la petición y venta sigue abierta. Enhorabuena al señor Aroca, y enhorabuena a nosotros, que podremos disfrutar al fin de esta esperada obra. Para los que simplemente queráis esperar a que la novela se ponga a la venta y no queráis estas exquisitas litografías, aquí os dejo unos gloriosos escaneados que, aun así, dudo que igualen en calidad al producto terminado:

 
-Primeras imágenes de la serie que la NBC está realizando con Hannibal Lecter de protagonista en sus años pre-enjaulamiento.

Mads Mikkaelsen en la piel del "gourmet" de las tinieblas
Dado que nuestro caníbal favorito es mencionado en “El Dragón Rojo” de Thomas Harris como asesor de la policía en un par de casos de asesinato, nada mejor que tomar una idea que ocupa dos párrafos en el libro para montar toda una serie en la que Hannibal ayudará a Will Graham –su mítico antagonista y capturador- a perseguir asesinos en serie y, suponemos, irá satisfaciendo sus exquisitos gustos en privado. Mads Mikkaelsen se pone en la piel del personaje, mientras que Hugh Dancy hace de Graham:

Lawrence Fishburne en el papel de Jack Crawford y Hugh Dancy metiéndose en la piel de Will Graham
Otro plano de Hannibal disfrutando de la buena mesa
-Otro alegrón del día ha sido enterarme que David Suchet ya está rodando los cinco últimos telefilms de la serie “Poirot de Agatha Christie”. A pesar de los ominosos rumores de cancelación el año pasado, la BBC ya dio luz verde para su rodaje y al fin veremos adaptado a imagen real… ¡el canon de Poirot completo!


Solo les quedaban cinco obras –una de ellas la mítica “Telón”, que da fin a la historia del peculiar detective (si en las últimas pelis el tono crepúscular ya era de órdago, no quiero ni pensar como harán ésta)- así que Suchet ha conseguido la hazaña que el pobre Jeremy Brett como Sherlock Holmes intentó conseguir pero su fallecimiento se lo impidió: ser la imagen del famoso detective en la adaptación completa de todas sus apariciones en papel. Seguro que Lady Christie estaría más que encantada.
-Y no sé si sigue abierto el plazo de matrícula, pero a mediados de este mes se celebrará el Congreso “Visiones de lo Fantástico en la Cultura Española Contemporánea”, del que tenéis más info AQUÍ. Para una ponencia de interés que se celebra en el país en estos aciagos momentos yo recomiendo la asistencia a todos los interesados en el asunto tratado, porque los temas a desarrollar suenan interesantísimos y contará con la experta intervención de dos de mis escritores actuales favoritos: Victor Roas y Juan Jacinto Muñoz Rengel.