Si en “Necronomicon Z”
y “Sherlock Holmes y los Zombies de Camford”, el escritor “pulpero”, “pastichero”
y postmoderno a su pesar Alberto López Aroca nos llevó por un viaje
enciclopédico por las mitologías lovecraftianas y holmesianas
interrelacionándolas maravillosamente con la infumable moda de los zombies,
saltándose sus cánones y, por consiguiente, dando con obras que dignificaban el
género; en su reciente Saga de Venus consigue de forma absolutamente bizarra y
loca mezclar de nuevo a Holmes con las aventuras espaciales a lo John Carter,
sin renunciar por ello a arrojar cientos
de colores distintos a su paleta mito-creativa. ¿King Kong? ¿El villanesco
Doctor Sivana del Capitán Marvel? ¿El capitán Haddock? ¿Todos los bichos
venusinos que en el mundo han sido? Nada escapa al enclopédico escrutino de
cultura “pop” y del siglo XIX del señor Aroca. Pero cojamos el petate y
zarpemos en la primera parada del viaje a Venus, que es esta “Charlie Marlow y
la Rata Gigante de Sumatra”. Puedo sentir a algunos fans de Holmes salivando ya…
“Una
historia para la que el mundo aun no esta preparado”
como dijo el propio maestro hablando de esa gigantesca “rata gigante”. El diálogo esta extraído de “La Aventura del Vampiro de
Sussex”. Ríos de tinta han corrido en el mundo “pastichero” del
detective de Baker Street sobre a qué diablos se refería Holmes con esa
referencia tan poco concreta y extraña (¿Sherlock Holmes envuelto en casos de
animales metamórficamente desproporcionados?) y esta novela de Aroca es al fin
la explicación definitiva y puesta de gala del famoso caso nunca contado. Para
ello el autor ha echado el resto en una historia que bebe de las fuentes de la
aventura más clásica, con el imprescindible toque marítimo, y el horror más descarnado
en una gozosa fusión. Hay una tensión desenfadada, personajes más grandes que la
vida –literalmente- y villanos de lo peorcito, pero eso no descuida ni el
detallismo literario, ni esa sordidez inherente a la obra del autor.
El periplo comienza
siguiendo las peripecias de Charlie Marlow, el personaje protagonista de cuatro
novelas geniales de Joseph Conrad (“El Corazón de las Tinieblas” y “Lord Jim”
entre ellas), que aquí trabaja nada menos que para la sección oculta del Club
Diógenes, esa cueva oculta del ministerio de exteriores británico, y por
supuesto recibe órdenes del mismísimo Mycroft Holmes. Su famoso hermano esta
oficialmente muerto junto a Moriarty en las cataratas de Reichenbach, así que
esta historia tiene lugar durante el gran hiato en el que Holmes aprovechó el
anonimato que le proporcionó la muerte para quitarse de en medio y viajar de
incógnito por el mundo. Una de las identidades que usó fue la del noruego
Sigerson y así es como aparece en la novela, poseedora de un ritmo implacable y
lleno de humor. Del rudo retrato de marineros carismáticos en pleno mar pasamos
al desarrollo de las aventuras selváticas de Tam-Tam, tribus traicioneras y…
sí, bestias gigantes. Porque la genialidad de Aroca y lo que hace que considere
a esta la versión “ultimate” del caso de la Rata de Sumatra es que no hay mejor
opción para complicar a Holmes en asuntos relacionados con animales gigantescos
que ambientar buena parte de la acción en la mismísima… ¡Isla de la Calavera! Donde
King Kong y sus peligrosos enemigos nacieron. Ambiente de serie "B" pero sin decorados de cartón-piedra, malos malísimos pero sin un ápice de tono paródico y el encanto de la mejor aventura en la jungla, pero salpicada de violencia y gotas de horror puro. ¿Se puede pedir más?
Con estas atractivas
cartas puestas sobre la mesa, no quiero desvelar los vericuetos de un argumento
que no da tregua en ningún momento. Solo decir que la voz de Marlow es cercana
y a la altura de tan gran relato, que Holmes es tan Holmes como siempre –para nuestro
regocijo- y que las apariciones de la Rata son un “tour de force” glorioso de “gore”
y acción frenética. A pesar de la villanía hechizante del Dr. Sivana, tengo que
destacar la presencia absolutamente soberbia de uno de los grandes malos del “canon
holmesiano”, el mismísimo coronel Sebastian Moran, segundo de Moriarty, poniendo
los pelos de punta en cada aparición en escena. Así como el cameo encantador de
cierto habitante de la isla que se convertirá en un curioso e inesperado aliado
para un Holmes que tendrá que poner en activo no solo sus células grises, sino
también su entrenamiento en artes marciales, sus piruetas y sus habilidades
escaladoras. Por supuesto no pienso soltar prenda sobre el destino final de la dichosa Rata sobredimensionada, pero solo diré que no pude evitar aplaudir ante una conclusión tan inteligente como la propuesta por Aroca. No tiene que envidiar en lo más mínimo esta nueva incursión del autor albaceteño en la mitografía creativa a las grandes obras de Phillip José Farmer al
respecto, y en algunos casos las mejora al incluir unas pequeñas gotas de
misterio real y un universo propio interrelacionado entre tantos iconos.
Porque… ¿Qué ocurrió
con los pasajeros del Mary Celeste? Ese mítico barco que apareció vacio en alta
mar y con signos de haber sido desalojado escasas horas antes. En el ya clásico
glosario final, Aroca desgrana todos los personajes, lugares y criaturas de
este sub-universo tan personal como referencial, pero además una promesa… “Los
Náufragos de Venus” es la próxima incursión en la mitología de lo que ocurrió
en ese mítico “Mary Celeste”, y en la próxima entrada hablaremos de ella.
¿Acaba la historia de la Rata de Sumatra aquí? ¡En absoluto! En ESTA maravillosa reseña de nuestro amigo blogero Llosef, encontraréis más detalles y material complementario a la novela de la mano del propio autor.
Y puedes conseguir, oh
intrépido lector, esta y otras obras del señor Aroca justo AQUÍ.
3 comentarios:
Mr. Wolfville, tratare de conseguir un ejemplar y antes de finalizar el año me pondre a la lectura de: "Necronomicon Z". Cordiales saludos.
Me lo pasé en grande leyendo esta novela, para mi gusto mejor aún que ese ya fabuloso "Sherlock Holmes contra los héroes de IPC_Fleetway" que es la bizarrísima de los zombies de Cranford... Cuando haya despejado algo (¡ay!) la estantería de lecturas pendientes compraré Los naúfragos de Venus. Es curioso, pero este Aroca me hace comporar todo lo que a priori no me gusta: desconfío por principio de los zombies, de los pastiches y de los libros repletos de guiños y referencias... y sin embargo adoro sus novelas, llenas todas de estas mismas cosas!! Milagros sin duda de la Virgen de Albacete...
EL ABUELITO
El señor Wolfville, una vez más, me ha sacado los colores con sus amabilísimas (y por qué no decirlo, sabias y justas) palabras.
Mi querido Abuelito, la Virgen de los Llanos tiene súper poderes, no lo quepa la menor duda...
Reciban, señores, todos los abrazos del mundo y mi amistad,
A.L.A.
Publicar un comentario