Seguimos repasando los
cuentos de Leiber y esta vez con una
antología muy especial. Nada menos que el complemento en forma relatística de
su novela “El Gran Tiempo”. Os sitúo: la novela cuenta una historia
ambientada en un futuro en el que los viajes del tiempo están a la orden del
día y existen dos facciones enfrentadas que los manejan a su antojo. Por un
lado tenemos a los llamados Serpientes
y, oponiéndose a ellos, los apodados Arañas.
Mientras que unos están continuamente deseando cambiar el presente alterando
los eventos del pasado, los otros luchan por mantener incólume la estabilidad
del continuo temporal. La novela transita por este, a priori, sencillo
planteamiento argumental, pero la cosa dio tanto de sí que Fritz Leiber no solo entregó una de sus obras más conocidas sino
que, de regalo, escribió los siete imprescindibles cuentos que se recogen en estas
“Crónicas
del Gran Tiempo”. Recuperando ambientación, motivos, pistas y
personajes de la fuente madre, el autor americano consigue una obra independiente,
fresca, bella y originalísima.
Entre estos relatos hay
un par de vertientes, no del todo diferenciadas, de enfocar la sci/fi (o la fantasía, porque a veces
tira más para este campo, si es que queremos comenzar con etiquetados
estériles): a saber, una narrativa más anclada en la trama pura y con todos los
tópicos de la subdivisión genérica “viajes en el tiempo” (con un toque “pulp” moderno), y otra un poco más
abstracta, artística y que podría escapar a cualquier categoría de género. El
primer punto de vista nos lleva en un paseo por el funcionamiento y peripecias
de las dos facciones temporales enfrentadas, permitiéndonos echar un vistazo,
por ejemplo, a varios ejemplos de reclutamiento de soldados Serpiente o Araña.
Vemos ahí que un pasado problemático, o una muerte violenta –por supuesto
interrumpida por los agentes con sus máquinas del tiempo- son un buen
curriculum para acceder al servicio activo de cualquiera de las dos facciones.
Es en este tipo de
cuentos (como el inaugural “Intenta Cambiar el Pasado”) donde
encontramos esos “clichés” de este
tipo de relatos que tanto nos enamoran, como las paradojas temporales. En otros
como “El
Soldado más Veterano”, Leiber se sumerje en el pasado legendario de las
dos compañías para contar momentos definitorios de su devenir, y glosa alguna
de sus legendarias figuras. Es irónico que
en ningún momento quede claro cual es el origen, escisión, cisma, conflicto
que explica este enfrentamiento entre estas dos facciones de agentes
temporales; pero la verdad es que las historias son tan inteligentes y casi
siempre tan inesperadas, que lo cierto es que es mejor dejarse llevar al pairo
y disfrutarlas que buscar excusas sociales o científicas para justificar tanto
goce. Es a ese nivel al que estas “Crónicas del Gran Tiempo” funcionan
para el disfrute del público más clásico de la vieja ciencia-ficción, en la que
Leiber siempre tiene puesto un pie que nunca retira (en los portales dimensionales,
los sueños con otros planetas, las agencias gubernamentales ocultas con espías
armados de rayos) pero admito que los cuentos más “extraños” y, por así
llamarlos absurdamente, modernos, dentro del esquema de estas “Crónicas…”
son los que más apelan a mi sensibilidad “weird”.
Hablo, sobre todo, de
dos joyas (que son además las más extensas del libro): “Un Escritorio Lleno de Chicas”
y “No
es una Gran Magia”. La primera es puro surrealismo desatado, pero con
un mensaje demoledor en torno al sexo, los abusos a mujeres, la conciencia del
poder, etc… con un siniestro y memorable “psicólogo consultor” que guarda las
esencias espirituales de sus pacientes femeninas en su mesa de trabajo…
literalmente. Funciona como una fábula de moral “equivocada”, como un cuento de
fantasmas actualizado y también como una historia reivindicativa. Y todo ello
envuelto en ese halo poético que comentábamos. Y en cuanto a “No
es una Gran Magia”, se desarrolla durante una representación teatral
del “Macbeth”
de Shakespeare, jugando con los equívocos entre actuación y realidad,
llevándolo a un nuevo nivel. Los trasteos temporales permitirán que de una
forma subrepticia y muy sutil (soberbiamente narrada por Leiber), los
verdaderos protagonistas originales del drama se empiecen a mezclar con los
actores actuales, en un “tour de forcé”
onírico y emocionante, que se adelantó bastantes años a Neil Gaiman y sus obras
“shakespirianas” en “Sandman”.
En resumen, una lectura
rápida y amena, además de intelectualmente estimulante, que suponen para mí una
bisagra perfecta entre la ciencia-ficción
más clásica de Asimov y la más
experimental y libre de gente maravillosa como Lafferty. Todo ello regado con un toque poético y abstracto que
tampoco suele faltar en autores como Bradbury.
¡Pero basta de comparaciones! Esto es Fritz
Leiber en estado puro, y no hay más que hablar.
Bueno, o casi. Si queréis saber más
sobre Leiber y sobre esta obra en concreto, el blog en español dedicado a nuestro autor (¡a no perdérselo!)
reproduce el magnífico prólogo de Domingo Santos que apareció en las ediciones
de Martinez Roca y de Orbis (que es la que manejo yo) y que es una pieza
imprescindible para adentrarse en todo esto:
2 comentarios:
Buena entrada. Creo que ya te dije que ilustré el relato "El hombre de hollín" para una edición inglesa. Ahora estoy leyendo "La mente araña" de Leiber y un extrañísimo relato de ciencia ficción de Tenesse Williams: "Un comportamiento caballeroso".
Saludos!
Borgo.
Tengo "La Mente Araña" por aquí pendiente. Genial!!
Un saludo, señor Zueras.
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