Continuamos el desfile bolsilibresco con la recuperación de tres reseñas ajadas. Y como solemos hacer también, una vez más recomendamos el nacimiento de un nuevo sitio dedicado precisamente a estas novelitas y que viene de la mano de un "connoiseur" como Carlos Díaz Maroto, y que podéis encontrar en el siguiente enlace: UNIVERSO BOLSILIBRO.
Y sin más dilación, sumerjámonos en el mercadillo:
VEN A MORIR CONMIGO — ADAM SURRAY (Selección Terror
67, Bruguera)
La historia de esta
novelita de suspense con toques sobrenaturales me ha fascinado por varias
razones. La primera porque cuenta la investigación de una serie de asesinatos
encuadrados en el rodaje de una película de terror; cosa que hoy en día esta
tan sumamente sobada que cualquiera de vosotros podría nombrar un par de
historias de ese palo (yo ahora mismo recuerdo “Scream 3” y más de un número de
Dylan Dog), pero que igual en 1974 —fecha de publicación de este bolsi del
autor Jose López García (alias Surray) —no estaba aun tan manido. De hecho el
libro comienza con la ya clásica broma metaficcional de hacernos creer que
estamos entrando en una terrorífica escena de necrofagia, para al final darnos
cuenta de que no es más que una escena, sí, pero de cine y dentro del rodaje de
un film. Pero sobre todo me ha interesado especialmente como Surray refleja el
clima que se vivía en aquellos años con el mundo del entretenimiento popular y
el ocultismo, algo que cualquiera que haya leído sobre Kenneth Anger, Roman
Polanski, Mick Jagger o Charles Manson tendrá más que claro. En “Ven a Morir
Conmigo” se habla de cultos satánicos insertados en Hollywood, de peligrosos
“hippies” fascinados con las estrellas que pueden irrumpir en los bungalows de
Beverly Hills y arrasar con todo (incluso hay una mención literal al propio
Manson) y por supuesto vemos el asesinato de dichas estrellas de una forma
hiper-gore y bastante desagradable, como corresponde. Se nota el impacto de los
crímenes Tate-La Bianca en el ánimo de Surray, y también se nos habla de la
industria del cine y como es reacia a darle un gran presupuesto a una película
de terror (solo hacía un año que se había estrenado “El Exorcista”), además de
varias anécdotas sobre la fábrica de los sueños que demuestran que el autor se
había documentado. Reconociendo lo precipitado de la trama y lo
estereotipadísimo de los personajes, debo recomendar “Ven a Morir Conmigo” por
su final. Cuando se descubre la razón de los crímenes y a que estaban
encaminados… ¡vais a alucinar! Es tan bizarro que aun no sé si reírme a
carcajadas o recomendar esta novela para que vosotros también flipéis. Creo que
me decanto por lo último.
Sí, el título de este
“western” del señor Ledesma huele a “weird”… y eso es porque lo es, maldición.
A ver si podéis resistiros a este argumento: Un vaquero reconvertido en pasante
de abogado cae en desgracia después de haber intentado salvar de la horca a su
primera cliente, una bella muchacha acusada de ser miembro de la despiadada
banda de forajidos de Larry Fox (al que nadie ha visto la cara nunca, pues
mueve los hilos de sus fechorías cual Moriarty en las sombras). Expulsado del
pueblo, se entera de que un par de gañanes traficantes de cadáveres han cogido
el cadáver de la muchacha y se lo han llevado para despiezarlo y venderlo a
estudiantes de medicina. El joven pasante entra en cólera, recupera su “colt” y
su ropa de “cowboy” y se lanza a la persecución para evitar tal tropelía, a la
vez que investiga quién de los posibles terratenientes de la zona podría ser el
malvado Larry Fox (sí, la novela también es un “whodunit” con su lista de
sospechosos). La cosa se complica cuando la persecución le lleva a un
misterioso poblado en el que hay rumores de extraños fenómenos. Se dice que las
aguas están envenenadas, que hubo una epidemia terrible que diezmó a la
población, y lo más misterioso: hay rumores de que se han visto resucitados.
Gente que murió en esas pandemias y que han sido vistas vagando por allí. El
protagonista —además de confirmar que la
atmósfera de la comarca es oscura y mortuoria— sabe que esta en la buena pista
cuando comienzan a intentar matarle varios desconocidos pistoleros y descubre
al fin que ha llegado tarde y el cadáver de la chica a la que amaba ya ha sido
descuartizado y repartido. Pero entonces… ¿Por qué empieza a verla en ese
pueblo? Siempre a lo lejos, mirándole desde ventanas de habitaciones a las que
luego sube y están vacías, o en las sombras de la noche, o cerca de ataúdes
vacíos…. ¡Y esto solo son las primeras veinte páginas, amigos! Un
entretenimiento de primera y un Kane en plena forma, trepidante, con personajes
perfectamente trazados en su esquematismo. Y tiros, puñetazos, espectáculos de
magia en el “far west”, leyendas inenarrables, sombras en casas vacías, una
cabeza decapitada… Delicias sin fin reunidas en ciento y poco páginas de
“weird”, que no por ello dejan de lado el humor o la acción.
MISIÓN 1/1000 — CLARK
CARRADOS (La Conquista del Espacio 504, Bruguera)
Aquí la verdad es que
no tengo mucho que comentar. Otra “space opera” de Carrados tan delirante y
divertida como todas las suyas. Sí se puede observar que en este caso, el señor
García Lecha deja un poco de lado el toque pretendidamente científico para
dejarse llevar por unos ingenios espaciales de chirigota poco creíbles y
bastante “deus ex machina” (cosa que es toda la novela, no solo el final),
cargando en este caso más las tintas en el culebrón espacial que en la épica.
Si en otras novelas de Carrados costaba entender como podían caber tantas
subtramas, peleítas con rayos y batallas espaciales entre reinos en el formato
bolsilibro, en “Misión 1/1000” la anécdota punto de partida —la recuperación de
los planos de una mortífera arma en manos de un planeta enemigo—se estira “ad
infinitum” y termina de la habitual forma precipitada. Eso sí, la gracia es que
esta labor de espionaje espacial debe llevarla a cabo el clásico héroe militar
bocazas de Lecha… reducido de tamaño y escondido en el alfiler de una corbata.
Así pues, buena parte de la novela consiste en el protagonista reduciendo y cambiando
su tamaño al antojo de una reina lasciva, resentida por el rechazo del héroe y
tocapelotas (como las otras 10.000 que podemos encontrar en la obra de Carrados),
que esta además celosa de la doctora que acompaña a nuestro protagonista. Y sí,
esta doctora es despistada hasta el punto de parecer tonta del bote durante
casi todo el libro (Si no lees aventuras espaciales de Carrados para echar un
buen rato de risas machistas… ¿Para qué las lees?), pero al final el bien
reinará en toda la galaxia gracias a los cohetes bien lanzados, los puñetazos a
mansalva y las doctoras idiotas que, de repente, recuerdan sus estudios
científicos y consiguen salvar el día. ¡Chapeau! No sé que hubiera opinado
Matheson de este “hombre menguante”, pero yo desde luego me he reído lo
indecible.
No os perdáis la siguiente entrega ¡Proximamente más!
1 comentario:
"La chica del más allá" parece absolutamente delirante. Intentaré que me consiga un ejemplar mi amigo el guionista Sánchez Abulí coleccionista de pulp español.
Saludos!
Borgo.
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