ARCHIVOS EXPIATORIOS: Recientemente ha aparecido una
nueva y atractiva versión ilustrada de “Carmilla”,
razón más que sufciente para que reposteemos un viejo mini-artículo
introductorio sobre la obra de uno de los más grandes cultivadores del género,
además de pionero en más de un sub-género. Una breve semblanza del que es sin
duda uno de los mejores escritores de lo macabro de todos los tiempos.
Polémico por su estilo
de difícil digestión en ocasiones, pero laureado por cualquiera que sepa apreciar
la evocación del terror más ominoso en forma de narración, el irlandés Joseph Sheridan Le Fanu (Dublín
1814-1873) puede vanagloriarse en el más allá de haber llevado un paso más allá
la temática gótica, insertando a los fantasmas y a los crímenes en un contexto
más psicológico y, por tanto, actual. Sabio seguidor de las enseñanzas del
maestro Poe, le debemos algunos hitos literarios tan importantes como la
creación del Dr. Hesselius, el
primer detective sobrenatural de la historia, además de la escritura de su
inmortal “Carmilla”. Un relato –o
novela breve- que no solo fue pionera en la literatura vampírica moderna, sino
que es una clara influencia en “Drácula”, la obra maestra del
género que nos regaló su compatriota Bram
Stoker.
Ilustración de Michael Fitzgerald para la edición por entregas de "Carmilla" (Enero de 1872). |
Joseph Sheridan fue
educado en el Trinity College de su ciudad natal, pronto abandonó la abogacía a
la que parecía destinado para dedicarse al periodismo y a las letras. Como
colaborador y después editor en jefe de la revista “Dublin University Magazine”, consiguió dar fama mundial a lo que
un principio era una simple publicación hecha artesanalmente por los alumnos
del centro universitario. Pero a pesar de gozar de cierto éxito profesional, la
tragedia golpeó su vida en la muerte de su esposa en 1858 convirtiéndole en un
hombre amargado y receloso del mundo. Su pesimismo le llevó a la misantropía,
llegando a ser conocido como “el príncipe
invisible” y haciendo que se volcara aun más en su literatura; la cual para
entonces ya contaba con numerosos poemas, baladas, ficción histórica y por
supuesto narrativa fantástica. En este periodo fue quizás cuando más relatos de
horror salieron de su pluma, dicen algunos que como consecuencia de su cada vez
más pesimista forma de ver el mundo, y gracias a ellos es hoy en día recordado
a pesar de haber sido ignorado por la crítica durante casi un siglo. Y eso a
pesar de contar con fans tan ilustres como Henry
James.
Lo primero que salta a
la vista en los relatos de Le Fanu es su erudición, a veces de una densidad
desaforada y que no tiene que ver con el uso que de ella hacía el posterior
genio del cuento de fantasmas M.R. James
–mucho más directo y enfocado a la trama, aunque también admirador de Le Fanu-.
Los cuentos de Joseph Sheridan son un paseo más calmado sobre lo que de negro
hay en el alma del hombre, dejado entrever mucho más de lo que se muestra y
edificando una atmósfera agobiante sobre capas de detalles en apariencia
nimios, pero que poco a poco lograrán sacudirnos con su inquietante efecto.
Desde la historia clásica de fantasmas en busca de paz (el ejemplo más obvio
sería “El Fantasma de Madame Crowl”) hasta el relato en primera
persona de una horrible venganza de ultratumba (como en “El Juez Harbottle”), los
personajes y escenarios del escritor son un monumento a la frialdad victoriana,
a ese post-goticismo que abandonaba los castillos en ruinas de Ann Raddclife y se deleitaba más en la
locura del hombre. No hay nada más aterrador, de hecho, que la trama criminal
de “La
Habitación del Dragón Volador”, donde la angustia del enterramiento
prematuro llega a recordarnos al mejor Poe. “El Tio Silas” es otro
ejemplo perfecto de su estilo. De esa malsana influencia negativa que los eventos
dejan en los lugares y en las personas, lo cual le convierte también en uno de
los primeros escritores en desarrollar el ambiente propio de las historias de
casa encantada. Es evidente que su aportación a la cultura popular en ese
aspecto es importantísima, tanto en literatura como cine o teatro.
No quiero alargarme o
citar más obras porque es mejor que cada uno las descubra por si mismo. Para
todos los “conousieurs” y también
principiantes en esto del horror literario del siglo XIX –ese fascinante mundo-,
Le Fanu es sin duda parada obligada.
Aquí va una selección
de carteles de films clásicos basados -algunos muy libremente- en "Carmilla":
"Vampyr" (1932)
"Et Mourir De Plaisir" (1960)
"La Cripta e L´incubo" (1964)
"Las Amantes Vampiro" (1970)
"Lust For A Vampire" (1971)
"Drácula y las Mellizas" (1971)
"La Novia Ensangrentada" (1972)
2 comentarios:
Mr. Wolfville, hace mucho que no leo a este autor, me hare un hueco para volver a disfrutar de su obra, mientras tanto, muchas gracias por este texto tan enriquecedor. Cordiales saludos.
¡Qué magníficos carteles! Yo puse mi granito de arena con una portada de "Carmilla". Vaya, así que Sheridan estudió en el Trinity College, como Bram Stoker... lo curioso de Carmilla es que se revela una relación lésbica poco usual en la época hasta que llega "El General" (Peter Cushing en la versión Hammer) para poner orden.
Drácula y las mellizas marcó época con su setentero cartel.
Saludos. Borgo.
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