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lunes, 10 de noviembre de 2014

“VALLE-INCLAN Y EL INSÓLITO CASO DEL HOMBRE CON RAYOS X EN LOS OJOS” VV.AA



“¿Visión sobrenatural? Este chico no ve a través del metal. Las adivinaciones que hace responden a un truco. Exijo que reconozca que tiene truco” 
(Harry Houdini, 1924)

Me decido a comentar la última publicación de los excelentísimos chicos de La Felguera Editores aparte de porque es una maravilla, también porque, efectivamente, es la última que han editado. Porque en realidad podría haceros una reseña al completo de su catálogo –todo él imprescindible- o dedicar la entrada a todo tipo de loas y parabienes a la que considero una de las mejores editoriales en activo en el mercado. Y para mi gusto contracultural, ensayístico, postmoderno y de cultura negra popular, tengo que decir que es mi favorita de todo este rosario de editoriales independientes que, a Chluthu gracias, nos rodea en la actualidad. Ahí es nada mezclar literatura de combate, asesinos en serie, investigaciones sobre arte maldito, anarquía, magia, victorianismo, rock and roll, subversión, poesía… como he dicho alguna vez, esta panda –con el escritor Servando Rocha a la cabeza- tiene que realizar algún tipo de ritual chamánico para meterse en mi cerebro todas las noches y de mis sueños extraer su catálogo. ¡Y encima han publicado obras inéditas de Alan Moore y William Blake! Too much…

Otra de las características más atractivas de La Felguera, la cual podemos disfrutar sobradamente en este “Valle-Inclan y el Insólito Caso del Hombre con Rayos X en los ojos”, es su maquetación y diseño. Pese a que sus libros son todos verdaderas obras de arte muy cuidadas, no dejan atrás ese regusto a panfleto u octavilla revolucionaria –de esas que ellos mismos producían en su etapa pre-editora, cuando eran un grupo de agitación artística-, y en los que a veces encontramos un blanco y negro casi de “fanzine”, una tipografía creativa y una querencia por el “collage” que hacen de sus libros un disfrute tanto en contenido como en forma. Frases o párrafos colocados verticalmente se alternan con los clásicos horizontales, palabras destacadas en una fuente mayor, imágenes que sustituyen a alguna parte del mensaje y, por supuesto, un enriquecedor uso de fotografías, grabados e ilustraciones de todo pelaje salpicadas en el texto tanto en detalles ornamentales como a doble página. 


En este sub-sello “Zodiaco Negro” y con un acercamiento similar, La Felguera ya editó el imprescindible “Sherlock Holmes Vs. Houdini” en el que se traducían textos del gran mago y de Arthur Conan Doyle en su histórico enfrentamiento sobre el espiritismo. Igualmente en la obra que nos ocupa, Houdini reaparece para cuestionar los poderes de Argamasilla, el joven que decía ver a través de los objetos con su visión de Rayos X y que revolucionó la opinión pública de nuestro país a primeros de siglo. Una historia insólita que merece ser contada. Y nada mejor para ello que este volumen. Desgranemos.

Basado en hechos misteriosa y dolorosamente reales:

“Antes que Superman, hubo un noble español con visión de rayos X. Se llamaba Joaquín María Argamasilla de la Cerda y Elio, y viajó a Nueva York en los años 20 del siglo pasado para demostrar sus poderes ante el ilusionista Harry Houdini. "Ha venido a este país a convencer a los científicos de que puede ver a través del oro, la plata, el cobre y otros metales", decía el 7 de mayo de 1924 The New York Times. Houdini no creía que el español, de 19 años, tuviera "visión supranormal".
(De la Web ForoNuclear)

Houdini contra los fantasmas
Y esto, que a priori parece otro bochornoso caso más de los que desenmascaró nuestro ilusionista favorito, adquiere unas implicaciones mucho más interesantes y, por que no decirlo, siniestras gracias a los factores siguientes: Argamasilla era español, y además perteneciente a una estirpe noble de rancio abolengo. El caso fue polémico en una época en la que los intelectuales se enzarzaban en debates enconados de prensa y además coincidiendo con el periodo de entreguerras, el cual fue un caldo de cultivo para un “revival” de las creencias mágicas y espiritistas a nivel mundial. ¿Ciencia o hechicería? El padre de Argamasilla –ejemplo de aristócrata castizo, apolillado y oportunista- se enfrentó a las evidencias de hombres de ciencia notables como Gonzalo Rodríguez Lafora, con la insólita ayuda espiritual de un personaje que nadie hubiera esperado ver metido en estos bretes: el mismísimo Valle-Inclan. Pero todo tiene su sentido.

De hecho el libro que nos ocupa, en su perfecta estructura en cuatro partes, se inicia con una magnífica y documentada introducción de la autora Grace Morales –a la cual nunca perdonaré el haber escrito un libro sobre Mecano (es broma), y a la que últimamente no puedo admirar más gracias a su ficción, de la que encontramos muestras, por ejemplo, en las revistas “Presencia Humana” y en “Prosa Inmortal”-, y que escribe un prólogo perfecto para situarnos en el contexto histórico de la intelectualidad española y la extraña inclusión de Don Ramon María en la misma. Es el texto de Morales una reivindicación atinadísima de la faceta más mágica y espiritualista del autor gallego, que contextualiza y da fuste a la trama que se nos comenzará a desarrollar en breve. El diseño, como comentábamos, incluye todo tipo de mágicos “ítems” que nos introducen en la historia casi como si leyéramos un periódico o revista de la época relativos al caso: dibujos y fotografías de los primeros experimentos con los rayos X, grabados de los carteles de magia de la época, recortes que informan sobre el enigma Argamasilla… un festín.


Lo siguiente es el cuerpo y alma del libro (y sus músculos, terminaciones nerviosas, etc): Nada menos que la historia completa del caso Argamasilla-Houdini escrita por el escritor Ramon Mayrata, que además de ser un narrador y ensayista impresionante es uno de los mayores expertos en magia y mentalismo de nuestro país –y cuya página os recomiendo encarecidamente a los aficionados a este fascinante mundo-, por lo que estamos ante la más lógica elección para contar este relato tan real que casi parece ficticio. Todo el escándalo Argamasilla, y la división de la prensa entre los que le consideraban una maravilla científica y el más grande personaje de la madre patria, frente a los que solo veían una ridícula superchería. La breve –pero histórica- intervención de Valle-Inclan, la visita del prodigio hispano a los Estados Unidos y su choque con un Houdini en plena campaña de descrédito a los vendedores de humo de la magia y el espiritismo. 


Esta claro que el hecho de que el gran Harry le dedicara un artículo a Argamasilla –además en uno de sus folletos más importantes. Ese en el que también desenmascara a la mítica médium Margery-, deja bien a las claras el interés personal del ilusionista por dejar clara su postura en el caso del “famous spaniard” que pretendía dejar en ridículo a los más altos círculos de la ciencia mundial. La narración de Mayrata es vertiginosa y se lee como la más emocionante novela, hasta llegar hasta un final que obviamente no revelaré, pero que personalmente me dejó impactado. Especialmente al descubrir el destino de algunos de los protagonistas de la historia y como su trayectoria le había llevado a ese lógico desenlace en un clima tan agitado –pero también propicio- como el de la guerra civil y sus consecuencias. Hasta entonces, disfrutaremos de la historia de los Rayos X desde su mismo comienzo, de detalles biográficos sobre Houdini y, por supuesto, la verdad sobre si había algo de cierto en esos extraños tejemanejes que se traían entre manos aquel oscuro noble y su enigmático hijo.


Completan el volumen, a modo de apéndices de lujo, nada menos que el artículo original de Harry Houdini a rebufo de este caso, seguido de la reproducción de varios recortes de la prensa española –la normal y la espiritista- sobre las conclusiones de Houdini y el apoyo/rechazo del fenómeno Argamasilla en toda su máxima expresión. Con los lúcidos artículos del mencionado Lafora y, por supuesto, con la barbuda sombra de Valle-Inclan sobrevolando en cada párrafo. Un broche de oro que redondea un viaje en el tiempo de auténtico lujo, servido de la forma más entretenida y vistosa posible. Imprescindible para amantes del ocultismo, de la magia, de lo decimonónico tardío, de la ciencia extravagante y de las buenas lecturas en definitiva.

5 comentarios:

Ricardo Signes dijo...

Está claro que ha de ser en editoriales marginales donde hay que buscar aire fresco literario que alivien a uno de la sopa indigesta que atiborra las estanterías y mesas de novedades de los comercios de libros. Pues sí, Wolfville, voy a meterle el diente a ese engendro tan suculento a ver qué tal. La confabulación de Houdini con Valle-Inclán es irresistible, y el tipo este de los rayos X, que parece un personaje de "Freaks" aún lo hace más apetitoso. Por cierto, no hace mucho que leí en el periódico un caso similar: una niña rusa que podía ver en el inerior de los cuerpos, identificando "una especie de cable de teléfono enrollado" -los intestinos- y demás órganos y vísceras. No era ningún camelo, según el periodista, pues se había sometido al examen de médicos especialistas que habían verificado la insólita capacidad de la niña.
Un saludo.

WOLFVILLE dijo...


¡Increible la mente humana de lo que es capaz! Tengo que investigar el caso de esa niña que comentas, pero de entrada diré que mi escepticismo suele hacerme ser prejuicioso. Si hasta hay una posible explicación para que en los casos de exorcismo los niños hablen lenguas que no conocen, puede haberla para todo.

Un saludo y un placer verle por aquí, como siempre.

miquel zueras dijo...

Te felicito por ese texto tan interesante acompañado de unas buenas ilustraciones. Me encanta la de Houdini. A ver si las demás editoriales se ponen al día y deciden cuidar más su parte gráfica como esa portada que une Valle Inclán con un personaje de pulp.
Saludos. Borgo.

Ricardo Signes dijo...

Te ahorro la investigación, Wolfville: la niña se llamaba Natasha Demkina, el artículo se titulaba "La niña con visión de Rayos X" y fue publicado en "El Mundo", en la contraportada, el día 22 de marzo de 2014.
Un saludo.

WOLFVILLE dijo...

¡Gracias mil!